Regeneración de tejidos mediante L-PRF
La regeneración de tejidos duros como el hueso y blandos como la encía con fibrina rica en plaquetas y leucocitos (L-PRF), está siendo un tratamiento cada vez más habitual, que ofrece resultados predecibles y además está avalado por gran número de estudios científicos.
¿De dónde se obtiene el L-RPF?
L-PRF se obtiene de la sangre del paciente, de forma sencilla y es una matriz de fibrina enriquecida con plaquetas, leucocitos, factores de crecimiento y citoquinas. Una vez extraída la sangre, esta se pone en una centrifugadora y una vez centrifugada, podemos obtener membranas altamente resistentes y fibrina liquida, útiles en la regeneración de tejidos que nos ayudarán a que la cicatrización sea óptima.
¿Qué hacen las membranas del L-PRF?
Cuando llevamos a cabo regeneraciones o injertos de tejidos, estas membranas cumplen con unas características biomecánicas y biológicas ideales.
Características biomecánicas
- Son fáciles de manipular.
- Son membranas muy resistentes.
- Son una barrera aislante del medio oral.
- Resisten la tensión, factor indispensable en regeneraciones óseas amplias.
Características biológicas
- Aceleran la regeneración y estimulan el mecanismo de cicatrización y curación de los tejidos.
- Promueven la formación de nuevos vasos sanguíneos.
- Poseen un potente efecto analgésico por lo tanto disminuyen el dolor postoperatorio.
- Tienen una alta capacidad antiinflamatoria y antimicrobiana.
- Liberan factores de crecimiento.
- Tienen capacidad neuroregenerativa.
Tratamientos en odontología de regeneración de tejidos mediante L-PRF:
- Cuando hay presencia de defectos óseos importantes y se quieren rehabilitar con implantes dentales. En estos casos, a veces conviene la combinación del L-PRP con injerto de hueso, ya sea del propio paciente o de origen sintético o animal (técnica sticky bone).
- Extracciones de dientes afectados donde sabemos que existirá una gran pérdida ósea asociada, ya sea a causa de la complejidad de la extracción, como por ejemplo en muelas del juicio o a causa de infecciones previas. Para estos casos, muchos autores de artículos científicos abogan por el uso de esta técnica para mejorar la cicatrización y disminución del dolor.
- En la regeneración de tejidos blandos para aumentar encía.
- En elevación de seno: cuando el paciente necesita un injerto de hueso para que la colocación de implantes sea posible. El L-PRF puede ayudar a que este injerto funcione mejor.
- En tratamiento periodontal: cuando tenemos pérdida ósea alrededor de los dientes o implantes (periodontitis o periimplantitis), para ayudar a reducir esta pérdida.
En resumen, esta técnica utiliza los propios mecanismos regeneradores que produce el cuerpo humano, por tanto los beneficios que aporta son numerosos.
Dra. Natalia Palacios Garzón
Cirugía e implantología
N. Col 6267